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Crítica a la medida de suspensión eléctrica de Marranzini ¿Un retroceso disfrazado de control?

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SANTO DOMINGO. – La reciente decisión del presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (EDE), Celso Marranzini, de suspender el servicio eléctrico de lunes a viernes en diversos circuitos bajo un programa de control de abastecimiento ha encendido las alarmas en distintos sectores del país. Aunque la medida pretende combatir las pérdidas eléctricas, su implementación está cargada de interrogantes y consecuencias negativas para la ciudadanía.

Según Marranzini, el programa afecta a circuitos que superan el 50 % de pérdidas y se extenderá hasta que estas se reduzcan al 25 %. Sin embargo, detrás de esta decisión se esconden problemas estructurales que parecen ignorarse, mientras los dominicanos enfrentan las repercusiones inmediatas.

Una solución punitiva que afecta a todos

Los apagones, que ya comenzaron con cortes de dos y tres horas, afectan a 90 de los 177 circuitos de EdeSur, 174 de los 309 de EdeEste y 152 de los 392 de EdeNorte. Esto equivale a una gran proporción del sistema eléctrico nacional y, con ello, a miles de familias y empresas que verán limitada su capacidad de operar con normalidad. La pregunta clave es: ¿por qué se prioriza castigar a los usuarios en lugar de invertir en soluciones técnicas y administrativas para reducir las pérdidas?

Impacto en la economía y la calidad de vida

La medida llega en un momento crítico, donde sectores como la industria, el comercio y la educación dependen más que nunca de un suministro eléctrico estable. Los apagones generan no solo un impacto económico significativo, sino también una merma en la calidad de vida, especialmente para comunidades vulnerables que ya sufren de precariedad en servicios básicos.

Además, mientras se implementa este plan de “control de abastecimiento”, los usuarios continúan pagando facturas eléctricas que no se corresponden con la calidad del servicio recibido. Esta desconexión entre costo y servicio genera descontento y desconfianza en las autoridades responsables del sector eléctrico.

Un problema de fondo sin resolver

El problema de las pérdidas eléctricas en el país no es nuevo. Sin embargo, abordar esta situación con medidas que castigan a todos los usuarios, sin distinguir entre consumidores responsables y morosos, es un retroceso en la gestión del sector eléctrico. Los ciudadanos necesitan una administración que se enfoque en modernizar la infraestructura, combatir el fraude eléctrico y mejorar la eficiencia, en lugar de recurrir a parches temporales.

¿Qué se necesita realmente?

Más allá de la suspensión del servicio, es imperativo que se implementen soluciones sostenibles y transparentes. Esto incluye:

  1. Inversiones en tecnología y mantenimiento de la infraestructura eléctrica, que reduzcan las pérdidas de manera efectiva.
  2. Mayor fiscalización y sanciones a los responsables de fraude eléctrico, en lugar de penalizar a toda la población.
  3. Transparencia en el uso de los fondos del sector eléctrico, para garantizar que cada peso invertido se traduzca en mejoras reales.

Finalmente

La decisión de suspender el servicio eléctrico de lunes a viernes no es más que un síntoma de una gestión que prioriza las soluciones superficiales sobre las estructurales. En un país donde el acceso a la energía es un derecho esencial, los ciudadanos merecen algo más que apagones. Merecen un sistema eléctrico eficiente, transparente y justo, que no solo reduzca las pérdidas, sino que también devuelva la confianza en las instituciones encargadas de administrarlo.