Jesús de Nazaret fue juzgado por cargos religiosos y políticos. Los juicios de Jesús representan la máxima mofa de la justicia, pues a pesar de que no se le encontró culpable de los cargos que se le acusaba, fue sentenciado a morir por crucifixión. Cuando Judas Iscariote señaló a Jesús con un beso, y los soldados y la turba llegaron, el maestro preguntó: “¿A quién buscáis?”, a lo que los soldados respondieron: “A Jesús el Nazareno”. Entonces Jesús dijo: “Yo soy Jesús”. Y prosiguió: “Ya os he dicho que yo soy; así que si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos”. OIGA MÁS.