SANTO DOMINGO, RD.- El Luis Severino que hoy exhibe un brazo sagrado con los Yankees y que este año concluyó tercero en la carrera por el premio Cy Young en la LIGA americana, primero, en su niñez tuvo que sacrificarse fuertemente junto a su padre en el trabajo agrícola y en la pesca para poder levantar a la familia en su empobrecida Sabana de la Mar. OIGA MÁS