ALGO DE CULTURA.- Esta expresión que ha perdurado desde tiempos del Imperio Bizantino la empleamos cuando se produce una disputa apasionada sobre cuestiones que no tienen trascendencia alguna y preferimos no implicarnos en ellas, a sabiendas de que de ahí no se podrán extraer conclusiones o algo útil ya que ninguna de las dos partes dará su brazo a torcer en la acalorada discusión.
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De hecho suele ser bastante común utilizar esta expresión para ridiculizar aquellos debates que no se centran en lo verdaderamente acuciante e importante y se discuten temas intrascendentes, de ahí que no queramos meternos en discusiones bizantinas.
Su procedencia se remonta a los tiempos del Imperio Bizantino en la Edad Media , cuando éste ya degeneraba. Estas discusiones surgían entre los prelados e intelectuales del Imperio con capital en Constantinopla, siglos atrás. Muchas de estas discusiones bizantinas se centraban en temas que a día de hoy podemos considerar menores, como por ejemplo usar figuras sagradas del cristianismo como objetos de culto.
Se dice que en los últimos días del Imperio, en 1453, cuando el asedio de las tropas del Imperio Otomano sobre Constantinopla era inminente, los políticos e intelectuales bizantinos seguían discutiendo sobre cuál era el sexo de los ángeles en vez de centrarse en lo fundamental en aquel momento, que era preparar la defensa de la ciudad ante el previsible ataque del enemigo. Si usted lo sabía. Recuérdelo. Si no lo sabía. Anótelo. FUENTE. Saberia punto com
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