EL ANARQUISMO Y LA EVOLUCIÓN al anarcoindividualismo…

POR RAFAEL ENCARNACIÓN-. El anarquismo y su evolución al anarco individualismo, fueron corrientes politoco-filosóficas, cuyo desarrollo como teorías, se sitúan desde los inicios del siglo XIX, básicamente en Europa, pero que algunos historiadores del tema han llegado a la conclusión de que siempre, desde los griegos antiguos, han existido voces que han promovido la vida sin reglas y obviamente sin elementos que hagan valer las mismas. Pero fue el francés Pierre Joseph Proudom (1809-1865), el primero en autodenominarse anarquista. Tras él aparecen otros nombres como el de Josiah Warren, en Estados Unidos, en Alemania, con Max Stiner, con el llamado Único y su Propiedad, luego aparecen pensadores como Mijail Bakunin, los llamados anarcocomunistas como Eliseo Reclus, Ernesto Coeuroderoy, entre otras figuras que promovieron este ideal de vida individual.

Pero ya pensadores tan antiguos cono Zenon de Citio, habían expresado su repudio a la intromisión del Estado y su omnipresencia y omnipotencia, proclamando la soberanía de la ley moral del individuo.

El estudio de esta corriente era amplio, pero en esta ocasión nuestro interés tiene como objetivo llamar la atención de ciertos pequeños burgueses del patio, compuesto básicamente por exitosos profesionales, que enriquecidos en el «contrato social», añoran y estimulan las corrientes anarquistas para otros que las apliquen en su vida, siviando de «carne de cañon», pero ellos se quedan disfrutando de su bien ganada fortuna capitalista.

El Estado, como principal institución política, se vale de unos órganos para mantener la cohesión social y el funcionamiento de sus demás instituciones, y es por eso que existe un cuerpo de fiscales para la persecusión de las infracciones, un cuerpo de policía para mantener el orden establecido y un cuerpo de jueces para conocer de las acusaciones de las que puedan ser objeto los particulares o súbditos del sistema imperante.

Ni hablar del cuerpo de legisladores para hacer las leyes. Este estado de cosas imperante en nuestro país, ha tomado mucho más auge con la proliferación de las redes sociales, que facilitan la divulgación de estas «ideas», lo cual no hay que satanizarlas, pero sí advertir a nuestros ciudadanos, sobre todo a los más pobres y por vía de consecuencia menos instruidos.

Estamos condenados a vivir en sociedad y esto conlleva el someterse a reglas que la misma sociedad se ha dado. Cuando usted transgrede esas reglas lo más elemental es saber que perjudica a otros, quienes tendrán que aplicar la «tercera Ley de Newton», reaccionarán haciendo uso de lo que el sistema pone en sus manos, acudiendo a la autoridad. A esa autoridad, la que tenemos, si nos enfrentamos a ella, también reaccionará contra nosotros, que hemos perjudicado a un tercero, y reaccionará con lo que tiene a su alcance, por ende lo más sensato, no es estar llamando al anarquismo, sino a que nos entendamos, siempre acudiendo a métodos pacíficos para resolver nuestras diferencias, porque de lo podemos estar seguros es, que en todo tiempo y todo espacio, que quien transgrede las normas de convivencia, de las cuales también es beneficiario, se encontrará con la reacción de los perjudicados y de la autoridad legalmente constituida que tiene la obligación de actuar en consecuencia. Ha pasado en los regímenes capitalistas y ni se diga en los socialistas.

De esto seguiremos escribiendo.

El autor es abogado, licenciado en ciencias políticas, locutor y ex General de Brigada  PN

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