NUESTRA HISTORIA RECIENTE.- Al iniciarse la revolución de abril del año 1965, el coronel Rafael Tomas Fernández Domínguez, quien a la sazón era agregado militar en Chile, se trasladó a Puerto Rico para reunirse allí con el ex presidente Juan Bosch y para estar atento del desenvolvimiento de la lucha armada. OIGA VISUAL PODCAST AQUI…
Profesor, he venido para que juntos regresemos a la República Dominicana, dijo el coronel el profesor Bosch.
¡Pero tú estás loco! ¡Tú quieres que nos maten! Fue la respuesta del profesor Bosch.
Pero, presidente, su presencia les da más vigor a los combatientes constitucionalistas, contestó el joven militar.
¡No! Yo no voy. Yo me quedo aquí dirigiendo la lucha internacional en la trinchera del honor. Si usted quiere, vaya usted, replicó Bosch.
¡Bueno, yo iré! No puedo quedarme aquí con los brazos cruzados, mientras miles de dominicanos arriesgan sus vidas contra la fuerza interventora, dijo el coronel Fernández Domínguez.
¡Mire coronel! Mi negativa a ir y permanecer aquí, se debe a que los norteamericanos me han presentado una fórmula que yo he aceptado que incluye un gobierno provisional encabezado por Antonio Guzmán Fernández. Ahora bien, usted debe ocupar su puesto de Ministro de Interior y Policía allá, dijo Bosch.
Entonces, presidente, con más razón usted debe ir a fin de encabezar personalmente las negociaciones, insistió el coronel.
Coronel, hay un avión militar que lo llevará a Santo Domingo, en el que irá el Consejero de seguridad del gobierno del presidente Lyndon B. Johnson, el MacGeorge Bund. ¡Váyase con él!
¡No! No voy. Es una deshonra que yo regrese al país, acompañado por un norteamericano, respondió el coronel Fernández Domínguez.
Pero coronel, si usted sabe que puede ayudar la revolución sin tener que usar las armas, yo creo que su deber es cumplir esa misión. Además, yo quiero que usted le diga al coronel Caamaño que, por el momento, la causa está perdida, que rinda el ejército constitucionalista.
Persuadido por Bosch y portando el mensaje verbal del ex presidente, pro cuyo gobierno se había iniciado la revuelta de abril, coronel Fernández Domínguez, arribó al país el día 13 de mayo de 1965, en un avión militar norteamericano, acompañado de MacGeorge Bundy, consejero de seguridad del presidente Johnson.
Bosch se quedó en Puerto Rico condenando la intervención norteamericana y remitiendo proclamas de aliento al pueblo dominicano. En sus disertaciones incluía una cinta grabada donde repitió su famosa frase de que él se quedaba en la trinchera del honor.
El mensaje que Bosch transmitió al jefe del gobierno constitucionalista, a través del coronel Fernández Domínguez, no fue recibido. Tampoco la fórmula Guzmán prosperó. FUENTE: Libro historia de las elecciones en la República Dominicana, escrito por Sandino Grullón.