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“PERO, POR QUÉ A MI”, se preguntó Big Papi tras atentado del domingo

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Lo di todo”, dice el héroe que lo asistió; chocó dos carros para abrirse paso, corrió a 200 km, lloró, se indignó y lo animó

Eliezer Salvador, el héroe de 53 años que socorrió a David Ortiz cuando fue baleado por la espalda la noche del pasado domingo, hizo tantas cosas en menos de diez minutos, que solo una profunda fuerza de voluntad lo puede explicar. En el bar fue el único que lo socorrió, lo montó en su vehículo, en el parqueo chocó dos carros para abrirse paso, corrió hasta 200 kilómetros, en el trayecto lloró al ver desangrarse al “Big Papi”, le dio ánimo, consejos para que resistiera y hasta tuvo tiempo para indignarse al preguntarle al ex toletero: ¿pero por qué a ti, Papi?

Esa misma pregunta se hizo la estrella del deporte mientras se desangraba en el asiento trasero del carro, según narró Eliezer: “Pero por qué a mí”, se cuestionó Ortiz al menos en dos ocasiones durante el trayecto de unos 5 kilómetros que hay desde la calle Presidente Vásquez, donde está ubicado el bar Dial, en Santo Domingo Este, hasta la Clínica Abel González, en la avenida Abraham Lincoln en el centro de la capital.

“¿Por qué a ti, viejo?”, dice el empresario que le preguntó a Ortiz y que él le respondió: “No sé, no sé”. Pero decía, “pero por qué a mí; yo decía, pero ¿ por qué a ti, Papi? Y ahí empecé a llorar, ahí el que lloró fui yo, él no lloró”, narró.

“-Me dieron dos tiros fue-, y yo le decía no, fue un solo, yo solo escuché un solo disparo, lo que pasa es que te salió por ahí, pero él veía toda la sangre que le salía por el abdomen”, recreó.

“Él decía: me estoy desangrando”. “Cuando tomé las Américas iba a una velocidad alta, y en los desniveles de la calle se quejaba.
Hacía: ah, ah, ah, porque le molestaba, porque estaba sin cinturón; yo le preguntaba que si seguía bien y me decía que sí, sí; luego se me estaba debilitando y sus quejas eran más leves, pero yo le decía, tranquilo, háblame, háblame, no te me vayas que estoy aquí; le preguntaba: ¿estás aquí? Y él me daba la mano”, describió sobre un suceso que le cambió su vida.

Sobre el momento en que lo socorrió en el bar, dice que no sabía de quien se trataba, pero que cuando se percató que era la ex estrella del béisbol redobló sus esfuerzos de auxilio. “El ayudó mucho, cuando le pasé la mano él me la agarró, él se paró yo agarrándolo, y caminamos hasta el vehículo que estaba ahí mismo y la puerta abrió solo para que David entrara, eso fue Dios”, refirió.

Eliezer Salvador sostuvo que en el trayecto le comentaba: “Tú andas con el mejor, con el mejor vehículo, tenía ocho días que lo había sacado del muelle, con el mejor chofer, no te vas a morir”.
Contó que el mayor esfuerzo con el deportista fue cuando llegaron al centro médico, porque ya el Big Papi estaba muy débil y debió apoyarlo más. “Tuve que esforzarme más, no había nadie, ni guachimanes, ni nadie. Entré, iba abriendo quirófano por quirófano, y me decían que eso no se podía hacer y yo les dije: es David Ortiz, es David Ortiz, le dieron un tiro, un disparo, pero yo estaba muy descontrolado, voceando que le atendieran, atiéndanlo”, dice que suplicaba.

“Le quité la ropa, le decía ábranlo que la barriga le está creciendo y eso es por el hígado, ahí vino una enferma y ella me decían que la dejara hacer el trabajo. Vino un doctor, era un supuesto pediatra, pero no estaba uniformado, pero no le creí. Las enfermeras empezaron su procedimiento y yo le prometí que no iba a hablar para que lo atendieran” expresó sobre la experiencia.
Aseguró que en ningún momento Ortiz perdió el conocimiento y que lo acompañó hasta que lo entraron en el quirófano para la operación. “Delante de mí, él nos dijo que no lo dejaran morir, porque es una persona de bien y estuve con él hasta que lo entraron al quirófano”, afirmó.

Sobre la decisión de acudir a la clínica Abel González explicó las razones. “Mi interés fue el Darío Contreras, porque me quedaba a dos minutos, pero él se interesó en una clínica, me dijo en la Lincoln. Le dije en la Lincoln es la Abel González, y él me dijo esa misma; le recomendé que fuéramos a Hospiten porque yo tengo experiencia, pero él me dijo no, no, a la Abel González”, puntualizó.

Afirmó que había coincidido con Ortiz en otras ocasiones en ese mismo lugar y que el día en que ocurrió el suceso, estaba sentado a una distancia corta de él, que los separaba una mesa.

¿Qué tienen en común David y Eliezer?

Salvador Eliezer contó que hace de alrededor ochos años fue víctima de un atentado con tres disparos en la avenida Sarasota, en la capital. Sostuvo que en el trayecto a la clínica con David Ortiz herido, esos momentos llegaron a su memoria. Cuenta que cuando él fue baleado abordó a varios transeúntes para que le dieran ayuda y que nadie se detuvo.

Recuerda que no se detuvo y que prácticamente se le atravesó a un vehículo en marcha en busca de ayuda y que esa persona se detuvo y lo llevó al centro médico Hospiten, ubicado en la avenida Alma Mater. Dijo que él pidió que lo llevaran a esa clínica y que, para ingresarlo, a pesar de que tenía un seguro médico de cobertura total, fue necesario hacer un depósito de un millón de pesos para que pudiesen asistirlo. “Ese centro es caro, pero ahí me salvaron la vida y eso es lo que cuenta”, refirió sobre su caso.

“Me cargaron en un restaurante”

Sobre las experiencias que ha vivido desde que se difundió la noticia de que él fue la persona que actuó para salvarle la vida al ex pelotero, contó una que ocurrió en un restaurante que visitó el pasado martes.

“Acostumbro a ir a ese lugar, y cuando llegué el camarero y la señora que atiende en el baño me cargaron”, dijo. Esa experiencia solo la contó hasta esa parte, porque al parecer se le hizo un nudo en la garganta producto de la emoción de recordar esa experiencia y sus ojos se llenaron de lágrimas. “Eso ha sido lo mejor”, dijo cuando logró reponerse.

Salvador, antes de recibir al equipo de elCaribe, dijo que ya perdió la cuenta de tantas veces que ha tenido que repetir la experiencia que vivió y que se han interesado por entrevistarlo medios de comunicación tanto nacionales como internacionales. Minutos antes de recibir al equipo de este diario en la oficina principal de sus empresas, Eliezer había recibido un mensaje de agradecimiento de la esposa de Ortiz, Tiffanny. Las solicitudes para entrevistas no cesan y en medio de la emoción Eliezer comentó: “Ahora soy famoso, Big Papi me hizo famoso, pero lo que cuenta es que está vivo”.

“Te debo la vida. Tienes un amigo”, le dijo Ortiz

El martes alrededor de las tres de la tarde, Eliezer recibió una llamada y la persona en línea era David Ortiz desde Boston. “Eres la primera persona que llamo, después voy a llamar a los médicos que me salvaron la vida”, dijo que le comentó a la ex estrella del deporte. “Ahí si él lloró, y yo le dije por fin lloraste, porque él que había llorado era yo, yo lloré de nuevo también”, comentó. Dijo que del número que el Big Papi lo contactó tenía varias llamadas perdidas y que en otras ocasiones se cortaba y el Ortiz volvía a llamarlo. “Me dijo: te debo la vida, tienes un amigo, cuando vaya a Santo Domingo, tu eres la primera persona que quiero ver”, comentó sobre la conversación. Luego dijo que le hizo una broma y que el ex toletero se rio. “Sequé la sangre del vehículo con una toalla y la tengo guardada”, reveló y afirmó que aún no ha lavado el carro en que transportó a David Ortiz herido, pero que piensa hacerlo en poco tiempo porque empieza a generar mal olor.

Frases del Big Papi
Te debo la vida. Tienes un amigo”, le dijo el pasado martes David Ortiz desde el hospital de Boston, donde está interno para recuperarse.

Dos tiros
Me dieron dos tiros fue”, dijo Eliezer que le comentó Ortiz camino a la clínica mientras se desangraba por una herida de bala.

Urgencia
Me estoy desangrando”, aseguró Eliezer Salvador que le comentó Ortiz con la voz débil y quejidos por la pérdida de sangre.

Interrogantes
No sé, no sé”, relató el empresario que le respondió el Big Papi cuando le cuestionó la razón que hay detrás del ataque en su contra.

Aliento
Sí, sí”, le respondió David Ortiz. a quien lo asistió cuando le preguntó que si permanecía bien en el trayecto a al centro médico.