POR RAFAEL ENCARNACIÓN.- No soy de los que burlan a quienes se ven en problemas, sea de salud, económicos o con la justicia. Cuando me tocó romper con un jefe, estando en muy buena posición, por discrepancias administrativas, lo hice, y muchos lo saben.
Lo hice aún con todas mis carencias encima, y cuando la gestión estaba prácticamente comenzando.
A ese superior le agradezco la confianza y la distinción que me hizo, pero no compartí un punto de vista sobre uno o dos procesos y opté por mantener mi criterio profesional y.…. como dicen ahora…. «tú supiste».
Pero lo realicé desde el poder. Es muy bueno y fácil «hacer leña del árbol caído», cosechando el trabajo de profesionales que «se fajan» para instrumentar esos procesos, fastidiosos por cualquier lado que usted lo vea.
Hasta personas que se aprovechan de gente de poder, luego que viene la desgracia usted los ve, los oye o los lee, haciendo coro con el poder de turno.
Lo difícil es renunciar, decir las cosas cuando la gente tiene poder, mantener un criterio profesional a contrapelo de la mayoría, eso sí vale, eso sí es tener de aquellos mellizos, pero hacer burla de las personas cuando caen es hacerse parte de la canalla, de la chusma, de los despersonalizados, de los mediocres.
Y no me refiero al pueblo llano, que le sirve de circo, me refiero a gente pensante, a gente conocida. Me viene a la memoria una reunión de alto nivel a raíz de un cambio de Jefatura Policial, como vi a gente que recién le hacían «coro», le olían los flátulos, (perdonen la tilde de la esdrujula), a quien se despedía con -éxito del puesto de más alta jerarquía de la Institución y a horas renegaban de sus métodos, los «realengos» de siempre, a quienes me di el gusto de decírselo, y ¡están por ahí.
Pero esa es la conducta de la gran mayoría. Quienes se atreven a defender al caído o simplemente saber callarse, son muy pocos, la gran «valla» le da riendas sueltas «a la come m….que el hacedor, por creerlos buenos, les dio».
De esa gente que ha caído detenida no conozco a ninguno de ellos, jamás he olido su aliento, ni su tono o timbre de voz en persona, pero me irrita ver a tanta gente «ecupe setos», como dice mi compoblano «CACAO» Osvaldo Ramirez, celebrando la caída de personas que ayer tenían poder y que los adulaban, algunos que hoy los detractan. Su responsabilidad, que la determine la justicia. Sí, quiero distinguir y respetar, el trabajo de esos héroes, casi o cuasi anónimos fiscales que se arriesgan, arriesgan y hasta comprometen su futuro con responsabilidad, no como los «coriferos» , dirigentes de gradas, que «corean», como cierta vez lo hicieron contra el Mesías, guardando la debida distancia, e implorando perdón por la irreverencia. Sí señor.
EL AUTOR ES POLITÓLOGO, ABOGADO, LOCUTOR, General de Brigada ® PN y un campesino (der sur), específicamente de Las Matas de Farfán, pero no se ha creído la película.
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